Inicios de la gestión de las no conformidades

Desde las primeras versiones de las normas de calidad, se ha prestado especial atención a la gestión de las no conformidades como elemento de control del trabajo efectuado por las organizaciones.

Inicialmente, se quedaban situadas en el ámbito del proceso de producción. Su objetivo era vigilar el conjunto de piezas fabricadas fuera de rango. Entraba de lleno en la vigilancia tanto de la materia prima como del proceso productivo. También se tenía en cuenta el conjunto de “mermas” en la producción y su efecto en los correspondientes trabajos de reproceso precisados.

De este modo, los primeros indicadores de proceso fueron los relacionados con las no conformidades en la línea de los artículos fabricados o carga de trabajo llevada a cabo.

Del aseguramiento a la gestión

Con el tiempo, el control de las no conformidades se amplió dentro de la cadena productiva a una vigilancia del conjunto de desviaciones que se detectaban en el área de compras ya que, de un modo lógico, los defectos de la materia prima “impactaban” directamente en el producto final elaborado.

Con el paso del “aseguramiento” de la calidad a la “gestión” de la misma y la consideración de los Sistemas de Calidad como un asunto global de la organización, el seguimiento de las incidencias se amplió al control de las reclamaciones de los clientes.

Cambios en las normas ISO

La versión del año 2000 de la norma 9001 obligó a incluir el enfoque al cliente en los Sistemas de Calidad y a recoger como punto obligatorio el control y análisis de las correspondientes reclamaciones que pudieran producirse. Desde este punto, el salto del control de las no conformidades a la totalidad de los procesos que conforman cualquier empresa fue imparable.

Desde hace tiempo, prácticamente en todas las empresas se tiene control en relación con el incumplimiento de indicadores de proceso, falta de consecución de objetivos del sistema, problemas en la propia gestión documental de los sistemas, etc.

Definición des no conformidades

La definición clásica considera como no conformidad “el incumplimiento de un requisito”. Bajo este parámetro, cualquier desviación detectada en los procesos de la organización, así como en el cumplimento de acuerdos o normativa es origen de no conformidad y como tal debe ser gestionada por la empresa.

La mejora continua

La gestión de las no conformidades demanda el análisis de sus causas para la cual muchas organizaciones se apoyan en el famoso Diagrama de Ishikawa y la aplicación de las famosas 6Ms. Tienen el fin de llegar a concluir el motivo (o motivos) de la incidencia detectada y plantear actuaciones de corrección para así evitar la repetición en el tiempo del suceso analizado.

Este análisis de causas se considera uno de los pilares de la mejora continua y del ciclo PDCA. Se enlaza de un modo directo en el planteamiento y gestión de las llamadas acciones correctivas de los sistemas de gestión.

La gestión de las no conformidades en diferentes ámbitos

Desde el punto de vista organizacional, la gestión de las no conformidades no se limita únicamente a los sistemas de calidad. Abarca, además, aspectos relacionados con parámetros ambientales, especialmente en relación con el control de la legislación en vigencia. También de los aspectos ambientales que son de mayor aplicación en las organizaciones, situaciones relativas a la seguridad y salud cuyo aspecto cobra cada vez más relevancia.

Sobre todo, en relación con el control de incidentes y accidentes laborales y, en los últimos años, aspectos relativos a la seguridad de la información y la gestión de aspectos relativos a la protección de datos. Este último es consecuencia tanto de la legislación correspondiente como del incremento en la gestión informática de los sistemas de gestión.

La gestión de las no conformidades en la actualidad

El último salto cualitativo se ha producido con la incorporación en los sistemas de calidad del pensamiento basado en riesgos y la necesidad de valorar por parte de la organización tanto sus procesos existentes como aspectos externos a la empresa.

Esto ha llevado a replantear la valoración del impacto de los sucesos e información potencial que pueden generar las no conformidades, así como el tratamiento de estas. Esto incluye aspectos potencialmente peligrosos en la gestión de las no conformidades.

El control de las no conformidades en los sistemas de gestión actuales despliega un análisis global por tipo de área o proceso donde se detecta la desviación con un análisis general de las causas y un control de las incidencias repetitivas.

Objetivo de las no conformidades

El objetivo es realizar un análisis global de los problemas de la organización y actuar de un modo más eficiente en la resolución de las incidencias. Se debe decir que en los últimos años se plantean actuaciones por parte de las empresas para valorar económicamente las no conformidades con el fin de situarlas en el conjunto de fallos de la organización.

Para finalizar, es importante recalcar que se debe controlar el coste de la no calidad. Esto puede ofrecer una mejora en la estrategia en la gestión de las no conformidades ya que los datos recogidos enlazan directamente con los parámetros financieros de la organización.